[:es]Os recomiendo la lectura de un articulo de Esteban Hernandez en aefol (www.aefol.com) sobre el futuro de las direcciones de RRHH, y de sus ocupantes, los directores de RRHH.
Coincido plenamente con su visión, y con la de Rocio Bonet del IE Business School, en el hecho de que la crisis ha llevado a las direcciones de RRHH a profundizar en un proceso en el que, a mi juicio, ya estaban inmersas: la perdida de valor frente a la dirección de las compañías.
En muchos casos, más de los que creemos, el director de RRHH no forma parte del Comité de Dirección, y eso le impide tener «visión estratégica» y aportar valor de una forma tangible a la P&L de la compañía.
Esto le convierte en una dirección de «segunda clase», que tiende a ser percibida como un centro de coste, objeto de criticas por su falta de efectividad, y por la que tiende a ser su única utilidad: «administrar personal» y finalmente despedir.
Esto sería, de hecho, un enorme retroceso en el desarrollo de los Recursos Humanos en las organizaciones, y nos haria volver a los comienzos del siglo XX, amenazando seriamente con la desaparición de la direcciones de RRHH tal y como las conocemos.
Desde mi punto de vista, las compañías tenderán a dividirse en al menos dos tipos: aquellas que no perciben un elemento de valor añadido en gestionar el talento de las personas (probablemente aquellos sectores con un alto componente de trabajo manual, en que el conocimiento no es aparentemente un elemento clave) y que tenderán a externalizar la gestión de «personal», y por otro lado, aquellas compañías conscientes de que el conocimiento y la gestión del talento es la clave para su éxito. Serán estas ultimas las que permitan profundizar en la gestión de personas, para demostrar que cualquier otro enfoque no es mas que un gigantesco error de visión.
Y es que, con perdón para aquellos que no compartan mi opinión, pensar que, en los tiempos que corren, las organizaciones pueden, no ya evolucionar, sino siquiera subsistir un período de tiempo razonable sin gestionar a las personas que trabajan en ellas, no es un pequeño error de observación, sino una miopía descomunal.
El tiempo nos dirá quien acertó.
De momento, os dejo el articulo de Esteban para vuestro disfrute: