Llevo casi tres meses leyendo y escuchando sobre la nueva recesión que se nos viene encima. Los mercados, y con ellos nuestros gobiernos entran en pánico. Europa se coloca al borde de la quiebra, Estados Unidos pierde su máxima calificación, y parece que con ello se hunde medio mundo y deja al otro medio al borde del colapso….

Sinceramente, todo esto me parece una gigantesca ola de pánico, de la que algunos se están aprovechando muy, pero que muy bien.

No nos engañemos: la crisis no es una crisis económica. No se puede desconectar lo que pasa en la economía de lo que pasa en la política y de la cultura en la que vivimos. Hace mucho, mucho tiempo que vivimos en una crisis, que en mi opinión, ni siquiera es una crisis de valores, sino una crisis «intelectual». Quizás también podríamos llamarlo una crisis de «conciencia», aunque con esta palabra no hago referencia al sentido religioso o de fe que se le suele asociar, sino al significado de «psique». Nuestra «psique» colectiva, e individualmente, esta pasando por un enorme proceso de cambio.

¿Y en que consiste ese cambio?..pues sencillamente, en aprender a pensar de un modo diferente.No en tener «pensamientos» diferentes, sino en «pensar» de un modo diferente.

Las circunstancias de comienzos del siglo XXI, que obviamente se han ido gestando claramente durante el siglo XX, conforman un escenario radicalmente diferente del escenario en que vivía un hombre, digamos de los años 50 o 60 del siglo pasado.

Leadership
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Hemos pasado de un mundo de valores comunes a un mundo de valores individuales; y también, paradójicamente,  hemos pasado de un mundo mas o menos aislado e independiente, a un mundo de alta globalización e interdependencia, tanto en lo económico como en lo político y en lo cultural.

Por decirlo de algún modo, ¡¡nos hemos dado la vuelta como un calcetín!!…y todo en menos de 70 años, que en términos sociales es. mirando la historia de la humanidad, un suspiro!! …

No obstante, este cambio tan enorme, no ha ido acompañado, ni a nivel individual ni a nivel de las instituciones sociales, de un cambio en la forma de pensar que nos permita adaptarnos a este nuevo escenario.

En el escenario anterior, esto es, el escenario de los años 50 y previos, uno no necesitaba, a nivel individual, hacerse muchas preguntas sobre quien era uno y que tenia que hacer. El contexto social te daba esas respuestas en gran medida: eras rico o pobre, y salvo catástrofe, lo seguirías siendo el resto de tu vida. Tu padre era zapatero, o militar, o panadero, y tu, casi con toda probabilidad, serías zapatero, o militar o panadero. Y salvo para tu viaje de bodas, el servicio militar, o salvo que fueras extremadamente rico, no viajarías nunca mas allá de tu ciudad o pueblo. Lo que pasara en otros países lejanos no solo te era indiferente, sino en la mayor parte de los casos, desconocido.

Por contraposición, el escenario moderno es sobradamente conocido. El contexto social no te determina en absoluto en la misma medida que en el pasado, y lo realmente importante es la capacidad de emprendimiento e iniciativa del individuo. Los cambios de profesión y de nivel cultural y económico entre generaciones son absolutamente normales; al individuo le importan sus valores, no los del conjunto social; y desde luego no solo se viaja a todo el mundo, sino que estamos en permanente contacto y permanentemente afectados por todo lo que sucede en cada extremo del planeta.

Y sin embargo, seguimos pensando del mismo modo, esto es, seguimos pensando en terminos de «yo quiero»,  en un marco de conciencia dualista (Yo-Mundo) que es sencillamente insuficiente, puesto que no abarca una realidad compleja e interdependiente como la que vivimos hoy.

En realidad, esta forma de pensar antigua, que funcionaba relativamente bien en entornos estables, es la que ha causado, más y más, los problemas que afrontamos hoy en dia. Y como todos sabemos, no podemos resolver los problemas causados por una determinada forma de pensar, con la misma forma de pensar que los causó. Necesitamos una forma de pensar distinta.

Necesitamos una tecnología social nueva, acompañada de un cambio de conciencia, de un cambio en la forma de pensar.

El mundo antiguo funcionaba de un modo mas top-down, de tal modo que los que estaban «arriba» (clases dominantes, políticos dirigentes, etc…) pensaban, estructuraban y dirigían al resto, y para ello no se necesitaba mucha coordinación.

laptop on gray table

El mundo moderno, sin embargo, es un mundo esencialmente «conversacional». ¡¡Miren la expansión de las redes sociales!!.. ¿Porque creen que mas de 100 millones de personas en menos de 9 meses se lanzaron al escaparate de Facebook a «conectarse» y hablar? ..¿Porque se producen mas de 50 millones de tweets diarios?…El ser humano del siglo XXI necesita conectarse, orientarse y desarrollarse en un entorno horizontal, en el que tomar decisiones compartidas y asumidas.Y esto supone dar margen al error, y a la equivocación  porque ahora tienen que equivocarse los que vienen, para aprender muy rápido y superar también muy rápido a los modelos y a las instituciones del pasado.

El pensamiento colectivo, conversacional, que da lugar a la creatividad, y que busca el equilibrio entre las necesidades de todos, es claramente el futuro. Estamos solo empezando, pero su empuje es imparable.

Y el que no sepa «aprender» a pensar así, lo va a pasar cada vez peor!! …

Seguiremos conversando!!  😉

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